+ Jaime Lecca
FINALIST
2013 Private Competition
Leuro II is a metropolitan-scale building. Its importance, therefore, does not lie in the appearance of its architecture, but in its usefulness to reformulate an idea of the city. It results from the superposition of the block (offices) and a simple bay slab (rooms). Its extreme simplicity corresponds to this combination and represents an anonymous, civic architecture; completely divorced from expressive concerns.
It is an autonomous building, but not self-referential. It does not respond to or contribute to the urban chaos of Lima. The intervention is reduced to a minimum in order to accommodate a diversity of programs that may even vary over time. Its grid equalizes these differences and the result is a hybrid where all human activities -living, producing and trading- overlap in one place, rather than separate. In a fragmented Lima attached to “zoning” as a planning method, it contains in its DNA the genetic code that invites us to think of a different city.
It is also a tangible manifestation of the city limits. It helps define a boundary that for years remained vague and diffuse. It assumes this responsibility by arranging its entire front towards the Zanjón, pointing the way for the new urban profile of the city. It does so with a forceful geometry that is capable of becoming an indissoluble part of the city.
At the same time, it is separated from its party wall, reinforcing its autonomous condition while generating four facades to the building. By landing on the ground, however, its posits a solution to the main problem of the towers in the city: their lack of spatial definition. It uses the grid strategy to ground itself subtly, recovering and at the same time redefining the street, blurring the boundary between individual and collective realms.
El Leuro II es un edificio de escala metropolitana. Su importancia, por tanto, no radica en la apariencia de su arquitectura, sino en su utilidad para poder reformular una idea de ciudad. Resulta de la superposición del bloque (oficinas) y una barra de crujía simple (habitaciones). Su extrema simplicidad corresponde a esta combinación y representa una arquitectura cívica, anónima; completamente divorciada de preocupaciones expresivas.
Es un edificio autónomo, pero no autorreferencial. No responde ni contribuye al caos urbano de Lima. La intervención es reducida al mínimo para poder acomodar una diversidad de programas que, incluso, puedan variar en el tiempo. Su grilla ecualiza estas diferencias y el resultado es un híbrido donde todas las actividades humanas – vivir, producir y comercializar – se superponen en un mismo lugar, en lugar de separarse. En una Lima fragmentada apegada al “zoning” como método de planificación, contiene en su ADN el código genético que invita a pensar en una ciudad diferente.
También es una manifestación tangible de los límites de la ciudad. Ayuda a definir un límite que por años permaneció vago y difuso. Asume esta responsabilidad disponiendo todo su frente hacia el Zanjón, señalando el camino para el nuevo perfil urbano de la ciudad. Lo hace con una geometría contundente que es capaz de volverse parte indisoluble de la ciudad.
A la vez, se separa de su medianera reforzando su condición autónoma mientras genera cuatro fachadas al edificio. Al pisar el suelo, sin embargo, postula una solución para el principal problema de las torres en la ciudad: su falta de definición espacial. Utiliza su estrategia de grilla para pisar sutilmente, recuperando y a la vez redefiniendo la calle, difuminando el límite entre lo propio y lo ajeno.
TEAM: Patricia Hidalgo, Daniel Loyola, Christ Bullon, Tiffany Guzman, | MEPS: Juan Carlos Heredia, Prisma Ingenieros