+ Ximena Alvarez
WINNER
2010 XIV Bienal Nacional de Arquitectura del Perú
THIRD
2010 Obra del Año Plataforma Arquitectura
MENTION
2010 XVII Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito
The de la Piedra Chapel is located at the margin of the Lurín river and beside the Lomas de Castilla hill, in the district of Cieneguilla, east of the city of Lima. The area is characterized for a natural context of desert vegetation, in contact with the foothills of the Andes mountain chain. The commission was to design, within a rural lot, a private chapel for a couple who values solitude.
The placement, away from the preexisting dwelling, isolates from everyday and induces a long walk in order to reach the project. This continuous spiral creates an enclosure within the vastness of the plot, and by means of reflection and surprise, values the transition from the “profane” of everyday life to a profoundly “sacred” space where verticality is the means to approach the divine.
Its orthogonal geometry allows to differentiate stages throughout the pilgrimage. The first approximation takes place in contact with nature, accompanying the river and vanishing the visual towards the valley.
Further ahead, the water appears as a purifying element, whilst allowing the confrontation with one’s self. The patio provides the necessary pause for reflection. An enclosure is created which completes the surroundings: the height of the visual determines a new horizon, gathering nature (exterior) and architecture (interior) on a same plane.
The verticality of the interior attempts to approach the divine, underlined by a skylight which is hidden behind a suspended plane. No typological or symbolic references which manifest a religious character are deliberately used. The materials are austere and elemental in order to dissolve in the experience.
La Capilla de la Piedra se ubica al margen del rio Lurín y al lado del cerro Lomas de Castilla, en el distrito de Cieneguilla, al este de la ciudad de Lima. La zona se caracteriza por un contexto natural de vegetación desértica, en contacto con las primeras estribaciones de la cordillera de los Andes. El encargo consistió en proyectar dentro de un terreno campestre, una capilla de uso privado para una pareja que valora la soledad.
El emplazamiento, alejado de la vivienda preexistente, aísla de lo cotidiano e induce a un recorrido para aproximarse al proyecto. Este espiral continuo genera un recinto dentro de la amplitud del terreno y, mediante la reflexión y la sorpresa, pone en valor la transición de lo “profano” de la vida diaria a un espacio profundamente “sagrado”.
Su geometría ortogonal permite diferenciar algunos estados a lo largo del peregrinaje. La primera aproximación se da en contacto con la naturaleza, acompañando el rio y fugando la vista hacia el valle.
Más adelante, el agua aparece como elemento purificador, a la vez que permite la confrontación con uno mismo. El patio brinda la pausa necesaria para reflexionar. Se crea un recinto que completa el entorno: la altura de la visual determina un nuevo horizonte, convocando naturaleza (exterior) y arquitectura (interior) en un mismo plano.
No se toman referencias simbólicas que manifiesten el carácter religioso de manera deliberada. La verticalidad del interior busca un acercamiento tipológico a la esencia de lo divino, subrayado por una luz cenital cuyo ingreso se oculta detrás de un plano suspendido. Los materiales son austeros y elementales para disolverse en la experiencia..
TEAM: José Carlos Wong, | MEPS: Luis Yeckle