The Cube House is located on a corner lot, with differences in level between the front street and the back street. But, currently isolated on all fronts. It has an abstract premise: a 9m cube. Each surface is subdivided into nine 3m modules, achieving a three-level structure. These levels are the organizational base of the program. Each corresponds to a part of the function: The children are located on the first level, the social area with the kitchen on the second level, and the parents' intimate space on the last level.
Each level has a specific spatial requirement: The first houses the full density of the bedrooms and allows us to place the cube on the floor. The second seeks transparency and fluidity between both fronts, expanding the social space. And the last one pretends to be related to the sea on the neighbor. The internal circulation is placed, on the surface furthest from the sea. Two opposing and facing staircases allow generating an internal and fluid route between the three levels. Allowing us to place the intimate terrace on the opposite surface.
Its frontal elevation, the one that faces the sea, is light and transparent. Composed of linear surfaces, defragmented. While the opposite surface expresses a more massive volume, composed on the basis of fills and voids. The internal circulation is exposed on the façade, through a dynamic void that reminds us of what is happening inside. Through the continuity of the material, the roof becomes the southern enclosure, to later become the intermediate slab. The social area is worked in the same way, expanding the interior and doubling its interior dimensions. The idea is that the building is as abstract as possible, avoiding openings that literally refer to a house.
La Casa Cubo se ubica en un lote en esquina, con diferencias de nivel entre la calle frontal y la posterior. Pero, aislado actualmente en todos sus frentes. Es de premisa abstracta: un cubo de 9m. Cada superficie se sub-divide en nueve módulos de 3m, consiguiendo una estructura de tres niveles. Estos niveles son la base organizativa del programa. Cada uno corresponde a una parte de la función: En el primer nivel se ubican los hijos, en el segundo la zona social con la cocina y en el último nivel el espacio íntimo de los padres.
Cada nivel cuenta con una exigencia espacial determinada: El primero alberga toda la densidad de los dormitorios y nos permite colocar el cubo en el suelo. El segundo busca la transparencia y la fluidez entre ambos frentes, ampliando el espacio social. Y el último pretende relacionarse con el mar sobre el vecino. Se coloca la circulación interior, en la superficie más alejada al mar. Dos escaleras opuestas y enfrentadas permiten generar un recorrido interno y fluido entre los tres niveles. Permitiéndonos colocar la terraza intima en la superficie opuesta.
Su elevación frontal, la que mira hacia el mar, se muestra ligera y transparente. Compuesta de superficies lineales, defragmentada. Mientras que la superficie opuesta expresa un volumen más masivo, compuesto en base a llenos y vacios. La circulación interior se expone en la fachada, a través de un vacio dinámico que nos recuerda que es lo que sucede en el interior. A través de la continuidad de la materia, el techo se convierte en el cerramiento sur, para después convertirse en la losa intermedia. La zona social es trabajada de la misma manera, dilatando el interior y duplicando sus dimensiones interiores. Se trata que el edificio se lo más abstracto posible, evitando vanos que remitan literalmente a una casa.
TEAM: Patricia Hidalgo, Daniel Loyola, Christ Bullon, Tiffany Guzman, | MEPS: Jose Luis Vega, Alejandro Indacochea